En las últimas décadas ha habido un debate considerable en el campo de la formación inicial docente sobre la naturaleza y características de los planes de estudio de formación docente, el cual se ha centrado, entre otras cosas, en la necesidad de alejarse de modelos que prioricen el conocimiento de los docentes y avanzar hacia la implementación de estructuras curriculares que impliquen la participación en actividades docentes prácticas en el aula.